En un mundo en el que el internet, los programas informáticos y los dispositivos móviles son imprescindibles, es fundamental comprender el lenguaje de la tecnología, especialmente para las nuevas generaciones.
Aunque los menores de hoy no se conviertan mañana en ingenieros o desarrolladores, iniciarse en la programación les permitirá adquirir habilidades esenciales, como el pensamiento lógico, la abstracción, la creatividad y el razonamiento. Además, les ayudará a optimizar procesos en su futuro trabajo, pues casi toda profesión actual está permeada por la tecnología.
Conociendo las bases de la programación, los más pequeños aprenderán a resolver problemas, a superar la frustración, a ser más creativos y a mejorar sus conocimientos en lingüística y matemáticas, además de mejorarles su psicomotricidad.
También les aporta un mejor conocimiento del mundo en el que se desenvuelven, les ayuda a comprender la secuenciación de acciones y la toma de decisiones en forma de algoritmos, algo que les resulta muy útil, pues para ellos la percepción de muchos contenidos tiene un formato lineal.
Aunque hacen falta esfuerzos por parte del sector educativo para fomentar este tipo de enseñanza, ya existen algunas instituciones académicas que adelantan programas para que los más pequeños respondan a los retos que se avecinan y potencialicen sus destrezas de cara al futuro.
Así es como la programación, la robótica educativa y, en general, las materias STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), adaptadas de una manera lúdica para el público infantil, han comenzado a cobrar importancia y han
inspirado a colegios y profesores, organizaciones y personas, a abrir espacios que conviertan el uso de la tecnología en un juego imprescindible para los niños.
Entonces, si su hijo es creativo y curioso, es bueno darle la oportunidad de tomar un curso con el que se pueda motivar para mejorar sus destrezas y darle vida a personajes por medio de la robótica, resolver retos y hacer nuevos amigos con los que aprenda y viva inolvidables aventuras.
Es importante que dicho curso ponga al niño “manos a la obra”, lo que quiere decir que, desde el inicio, debe aplicar los nuevos conceptos adquiridos y, durante el proceso, ir demostrando un avance en la afinación de su programación.
Finalmente, es bueno que en el curso se compartan las creaciones para socializar y hacer reflexiones conjuntas que permitan continuar mejorando. Y es que es muy importante escuchar a los niños y las niñas para fortalecer el proceso de desarrollo y creación.
Sobre estos pilares, Casa Editorial EL TIEMPO ha creado el Curso de Programación para Niños / Aventuras con MBot y BeeBot, en el que los niños aprenderán a solucionar problemas, a partir de la creación de algoritmos, la depuración de información y la predicción de situaciones y reacciones, además de fortalecer el trabajo colaborativo y comprender y solucionar problemas enmarcados en un contexto dado.
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