Conoce uno de los más grandes secretos para ser un buen líder
En la actualidad, los principales líderes son contratados en las empresas por su experiencia y alto coeficiente intelectual, sin embargo, muchos de estos son despedidos por su baja inteligencia emocional y falta de empatía y emociones, es decir, no cuentan con las habilidades blandas necesarias al momento de relacionarse con los colaboradores.
Saber gestionar muy bien las emociones es una de las habilidades blandas más valoradas para las empresas, ya que genera mejores resultados a nivel laboral y permite resaltar en el área profesional a quien la posee, pero ¿cómo generar esta habilidad?
En primer lugar, se debe ser consciente de sí mismo, saber qué es lo que sucede con nuestras emociones y pensamientos para poder gestionarlos teniendo una mejor reacción con el entorno al momento de enfrentar una situación que nos altera emocionalmente.
Cuando nos encontramos con un momento que es difícil de afrontar, lo primero que hacemos es alterarnos, este instinto se llama “el secuestro de la amígdala”. Después nos encontramos con una situación en la cual nos sentimos culpables y reprochamos la actitud tomada. Para la gestión de un buen líder, saber controlar este “secuestro de la amígdala“ es vital.
En muchas instituciones, actualmente, se educa a los niños para hacer control y gestión de las emociones mediante la técnica del “semáforo”, donde cada color nos indica una fase del control de las emociones y la solución de estas.
En el ámbito laboral se puede aplicar esta misma técnica al saber que estás sintiendo la emoción y que realmente la estás gestionando para no afectarte ni afectar a los demás.
Saber controlar las emociones transforma las situaciones, por eso algunas de las herramientas que nos facilita la inteligencia emocional y que nos permite resaltar a nivel laboral son las siguientes:
- Autorregulación: porque se debe entender que el entorno laboral y personal es alimentado por la manera en que nosotros mismos gestionamos nuestras emociones.
- Confiabilidad: un buen líder refleja honradez e integridad, usa sus principios y valores para influenciar en su equipo de trabajo, no solo por ser el jefe si no por ser alguien a quien vale la pena acompañar.
- Adaptabilidad: ser flexible para afrontar los cambios y desafíos es el día a día de un líder, ya que sabe que lo único constante es el cambio.
Ante una situación que te afecta laboral y personalmente ¿quieres hacer parte del problema o la solución? Por eso Cursos EL TIEMPO en conjunto con IMPAKTA y de la mano de Tatiana García, ha creado el curso inteligencia emocional y liderazgo, para que puedas comprender tus emociones y ser un líder influyente que toda empresa estaría dispuesta a contratar.